El uso de equipos de protección individual para proteger del riesgo de caída de altura es muy frecuente en las obras de construcción españolas. Ante esta realidad sería interesante plantearse dos cuestiones muy concretas: por un lado… ¿está siempre este uso justificado? y por otro… ¿nos ofrecen estos equipos una protección eficaz ante el riesgo de caída? Tras un análisis de la normativa vigente, normas técnicas e instrucciones de los fabricantes de estos equipos, uno puede llegar a la sorprendente conclusión de que en la gran mayoría de casos, la respuesta a ambas preguntas es NO.
El uso de estos equipos se torna, en gran parte de los casos, en un abuso. Su utilización debe limitarse a casos muy concretos, siempre justificados, y deben de cumplirse una serie de requisitos muy estrictos que nos aseguren la eficacia del sistema en caso de producirse la caída del trabajador. En caso contrario las consecuencias pueden ser fatales.
Para justificar y argumentar esta afirmación, iré enumerando las diferentes cuestiones que generan la problemática existente en torno a estos equipos. Sigue leyendo